Salud

En África viven 1.256 millones de personas y en 2050 se espera que para la población sea el doble. El crecimiento previsto de la población infantil de África, 750 millones en 2030, requerirá de 10 millones de profesionales adicionales en los sistemas de educación y salud durante la próxima década para sostener el ritmo de transición demográfica que atraviesa el país, según UNICEF. Paralelamente, el 24% de las enfermedades tienen lugar en el continente, pero la inversión africana en salud solo supone el 1% de lo que se gasta a nivel mundial.

La comunidad internacional se ha comprometido a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. El tercer objetivo hace referencia a la salud y el bienestar y, en concreto, en actuar contra enfermedades como el VIH o la malaria y favorecer la salud materno-infantil.

A pesar del aumento de la esperanza de vida media en el continente de los 50,9 a los 53,8 años, la cifra sigue estando lejos de los 71,5 años de media mundial. En 2017, el 92% de casos de malaria y el 72% de los de VIH se dieron en África –la mayoría en mujeres-, según la OMS. Otras enfermedades preocupantes son la tuberculosis, las respiratorias o la diarrea, que no está entre las primeras causas de muerte en Occidente, pero es la tercera en África.

En promedio, solo hay 2 médicos y 15,5 camas de hospital por cada 10.000 personas y los gastos en personal e infraestructuras son muy bajos. A la situación de falta de financiación sanitaria se suma el hecho de que la precariedad y la escasez informativa llevan a muchas personas a acudir a consultas de biomedicina y medicina tradicional, animista o a la de tradición árabe-musulmana, que no ofrecen garantías científicas.

La salud materno-infantil es fundamental, al ser un primer paso para aumentar la esperanza de vida. La mortalidad infantil está ligada a problemas de malnutrición y a las enfermedades mencionadas anteriormente. Por otra parte, a pesar de la disminución de la mortalidad maternal desde 1990, cerca de 550 parturientas mueren por cada 100.000 niños que nacen, un 66% de los fallecimientos mundiales de este tipo. Las defunciones maternas se derivan como consecuencia de la falta de atención prenatal y de los partos sin atención sanitaria cualificada.

También la fístula obstétrica, que afecta a entre dos y tres millones de mujeres en el continente, especialmente en África Subsahariana. Suele producirse sobre todo en el primer alumbramiento de mujeres adolescentes cuando el parto se detiene u obstruye y no se recibe la atención médica o quirúrgica requerida. La fístula también se produce como resultado de violencia sexual. Cada año se producen entre 50.000 y 100.000 nuevos casos.

La mutilación genital femenina sigue practicándose en varias regiones africanas. Puede producir hemorragias, problemas urinarios, infertilidad, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido. Según la OMS, en África hay 92 millones de mujeres y niñas que la han sufrido, así como 3 millones de niñas al año en riesgo de ser mutiladas.

Los objetivos de Mujeres por África son ayudar a fortalecer los sistemas sanitarios africanos a través de la formación los profesionales locales para tratar y prevenir enfermedades como la fístula obstétrica, concienciar y formas a las afectadas y abordar la vertiente social de aquellas enfermedades que desencadenan exclusión para favorecer el empoderamiento femenino. Miles de mujeres se han beneficiado de las misiones quirúrgicas y la atención primaria ofrecida por profesionales que colaboran con la Fundación con grandes datos de éxito.

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