Educación e investigación

El conocimiento abre nuevas posibilidades, genera alternativas e incide directamente sobre el desarrollo en todas sus vertientes, de ahí que sea necesario que ese conocimiento sea construido entre todas y todos, poniendo en valor las contribuciones africanas. La generación del conocimiento y la educación y la mejora de su calidad incrementan las oportunidades vitales de las personas, especialmente en el caso de las niñas y mujeres.

Los países del continente africano invierten en torno al 4% de su PIB en Educación, 0,7% menos que la media global. Según el informe sobre la Ciencia para 2030 de la UNESCO, el gasto total del continente africano en investigación solo representa el 1,3% mundial. De hecho, los países de la región subsahariana gastan apenas el 0,5% de su PIB en innovación e investigación. Ahora, el continente se enfrenta al reto de ofrecer una educación de calidad en un contexto de incremento continuo de la población en edad escolar y donde la demanda de docentes representará dos tercios de la demanda global en el 2030.

Según la UNESCO, de todas las regiones, África subsahariana tiene las tasas más altas de exclusión educativa. En 2017, el 54% de la población mundial sin escolarizar y en edad de cursar la educación primaria era africana. Las dificultades de los sistemas educativos africanos afectan especialmente a las niñas y mujeres. Por ejemplo, 9 millones de niñas de entre 6 y 11 años de edad nunca irán a la escuela.

Además, la calidad educativa del continente se ve afectada porque el 70% de los países africanos tienen escasez de docentes y porque, en África Subsahariana, solo el 64% de los docentes de primaria y el 50% de los docentes de secundaria han recibido la formación mínima requerida, de acuerdo al informe de 2019 de la UNESCO. En añadido, solo uno de cada diez niños alcance un nivel mínimo de competencia en lectura y matemáticas al final de la primaria en África Subsahariana.

A esta situación hay que sumar los efectos provocados por los conflictos armados sobre la educación. Por ejemplo, según UNICEF, Sudán del Sur tiene la tasa más alta de abandono escolar en educación primaria (72%), seguido por Chad (50%). En estos países, solo el 24% y el 47% de niñas, respectivamente, están escolarizadas. En secundaria, el 75% de las niñas nigerinas no van a la escuela ni tampoco el 66% de las centroafricanas.
Por otra parte, las mujeres universitarias e investigadoras se enfrentan a la discriminación de género para ejercer sus carreras, ocupar cargos de responsabilidad o publicar en revistas académicas y muchas de ellas encuentran problemas para compaginar su vida profesional y personal debido a la falta de políticas de corresponsabilidad en el seno familiar, según la OMS.

Es prioritario actuar hacia el acceso femenino a la educación y el empoderamiento de las mujeres a través del conocimiento. Además, los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos llaman a luchar por una educación de calidad y por la igualdad de género.

El objetivo de la Fundación Mujeres por África es empoderar a las niñas y mujeres africanas a través de la educación, la investigación y en general la transferencia de conocimiento, puesto que la participación de la mujer en la vida pública, científica y económica del continente será crucial para el desarrollo del continente.

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