Véronique Solange Okome Beka. Gabón


27/04/2020

Véronique es hispanista  y es profesora de español en la Universidad de Libreville. También es directora de la Escuela Normal de Libreville. En 2014 formó parte del Primer Congreso de Hispanistas Africanas que organizó la Fundación Mujeres por África en Abidjan.

 

Lidia Ester Cuba Vega Cubalidiacuba@fenhi.uh.cu Doctora en Ciencias Lingüísticas por la Universidad de La Habana y profesora en la Universidad Pedagógica Enrique José Varona. Es también la Decana de la Facultad de Español para No Hispanohablantes de la Universidad de La Habana. Asimismo, se encarga de coordinar el Comité Académico de la Maestría Estudios Lingüísticos del español como Lengua Extranjera de la Universidad de La Habana y cuenta con numerosas investigaciones y publicaciones.Véronique Solange Okome Beka. Hispanista .GabonEn Gabón, el número de casos aumenta cada día según fuentes oficiales del gobierno.

Las autoridades de mi país han tomado medidas para evitar el contagio. Pero no han propuesto nada excepcional. Recomiendan a la población que respete las medidas de contención que ha establecido la OMS y otros organismos competentes en la toma de decisiones internacionales. También decretaron un toque de queda desde el 15 de marzo y desde el 1 de abril la zona de Gran Libreville está totalmente confinada.

Pienso que hay mucha opacidad, sombras y amateurismo en la forma cómo las autoridades manejan esta pandemia.

Hay desorganización y descoordinación. Esta situación está afectando sobre todo a nivel psicológico: hay mucho estrés y la psicosis crece poco a poco. La población más desfavorecida parece estar abandonada a su suerte. La distribución de vales de comida es discriminatoria y no llega a todos. Los mercados públicos siguen abiertos y no son seguros. Da la impresión de que si no morimos de coronavirus nos moriremos de hambre.

En estos momentos es difícil vivir como de costumbre. Esta pandemia obviamente ha perturbado nuestras vidas diarias, nada puede hacerse como antes. Sin embargo, tratamos de mantener la moral alta asegurando al menos mi trabajo intelectual. Particularmente hago parte del trabajo administrativo diario en línea.

Mis hijos están en una escuela privada, los profesores envían algunos deberes (matemáticas y francés), usando los medios que tenemos, principalmente el whatsapp. El gobierno está tratando de ofrecer cursos de francés y matemáticas para las clases de los exámenes de la escuela secundaria a través de la televisión, pero el gobierno no tiene una plataforma para ofrecer cursos en línea.

En este confinamiento la carga doméstica de la mujer se ha hecho más pesada porque en los hogares gaboneses las tareas domésticas generalmente recaen en ella.

Sin embargo, en Gabón es difícil saber quién resulta más afectado en esta crisis del coronavirus. Creo que son los padres, pues los niños son más despreocupados y parecen ser los menos afectados moralmente de momento. En cambio, la mujer gabonesa, más vulnerable, es la que cría a sus hijos sola y no tiene trabajo para mantener a su familia. Si trabajaba en el sector informal, o se dedicaba al pequeño comercio, está aún más expuesta.

En el caso de mi familia, al pertenecer a la clase media, por el momento, no tenemos carencias y nos estamos arreglando. Pero el miedo a lo desconocido nos devora cada vez que tenemos que salir a por provisiones.

Tras la pandemia Gabón se verá afectado en todos los sentidos, pero es probable que las consecuencias sean más devastadoras en términos de población que de economía. Somos un país pequeño con una población muy pequeña de menos de dos millones de personas. También la crisis educativa será importante, ya que la calidad de la educación en Gabón ya se ha visto socavada por repetidas huelgas y por años escolares y académicos muy atípicos.

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