Las mujeres son especialmente vulnerables a la violencia laboral. Día 11


  • Llegamos al onceavo día de la Campaña #16DaysofActivism en el que tratamos de la violencia que se da en los entornos laborales

La violencia laboral es toda forma de abuso de poder con la finalidad de excluir o someter al otro. Puede manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica, y darse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre iguales. Afecta seriamente a la salud y al bienestar de la víctima, y constituye una flagrante violación de los derechos humanos y laborales de la misma.

Las mujeres son especialmente vulnerables a esta clase de violencia, sobre todo en el ámbito de acoso sexual y psicológico. Según la OIT, entre el 40 y 50% de las mujeres sufren insinuaciones de carácter sexual, contacto físico no consentido, u otras formas de acoso sexual en el trabajo. Esto se debe, en parte, a que la cultura organizacional reproduce discriminaciones sociales y de género predominantes en la sociedad que tienden a situar a mujeres o a minorías (étnicas, sexuales) en posiciones de subordinación y a situaciones de violencia.

Otros factores que las exponen a la violencia son las relaciones de poder desiguales, los salarios bajos o inestables, la inseguridad laboral y los sectores u ocupaciones en las que están concentradas las mujeres, como el sector de servicios o el informal (trabajo doméstico, por ejemplo). Se trata de un problema universal que afecta a todas las mujeres, sin importar su educación ni donde trabajan, menoscabando su dignidad, salud y calidad de vida, así como su desarrollo personal y su capacidad de contribuir al crecimiento económico.

Por otro lado, la brecha salarial de género constituye una forma de violencia laboral. Según la OIT las mujeres siguen ganando aproximadamente un 20% menos que los hombres. En África es muy difícil cuantificar esta desigualdad, ya que más del 60% de la población total empleada se gana la vida en la economía informal.

Para combatir la violencia laboral en África se debe mejorar las capacidades laborales de las mujeres, a través de la inversión en educación y formación laboral. Solo a través de una inversión continua podrán alcanzar las oportunidades que les brindan la información y las comunicaciones globales. Así mismo, se debe legislar sobre igualdad salarial, elección libre de empleo, igualdad de oportunidades profesionales y promoción laboral, permisos laborales en relación con la maternidad y libertad respecto al acoso sexual.

Todos estos factores constituyen barreras para las mujeres en África que dificultan su empoderamiento a nivel personal y económico, afectan a su calidad de vida ya que la falta de acceso a educación, servicios básicos y al mercado laboral acentúan su vulnerabilidad y pobreza.

Se debe hacer un llamamiento a todos los organismos internacionales, gobiernos, sociedad civil, sector privado e individuos para erradicar esta situación ya que está demostrado que el desarrollo y crecimiento de los países no es posible sin la igualdad entre hombres y mujeres.

(Este trabajo es elaborado por Bárbara Marques,  Blanca Sell y Anaïs Sánchez de Lucas, estudiantes y voluntarias en la FMxA)

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