Un viaje de transformación: mi experiencia con la beca Learn Africa y el compromiso de retribuir


El año nuevo 2023 llegó con una sensación de pesadez. Mientras otras personas celebraban, yo me preparaba mentalmente para una operación que tendría lugar el 7 de enero. Curiosamente, la operación en sí suele ser la parte más sencilla; lo verdaderamente crucial, aunque de lo que menos se habla, es el tiempo que tardan el cuerpo y la mente en sanar.

Gracias al apoyo y al amor de mi familia, me recuperé rápidamente. Eso me permitió actuar sobre una oportunidad que mi buena amiga Viviane Ogou me había compartido en 2022 a través de Puerta de África. Con la orientación de mi esposo, el Prof. Ike-Elechi Ogba (Vicerrector de la Universidad Estatal de Ebonyi), y de mi gran amigo el Dr. Damilare Faniran (fundador de la Rouleaux Foundation), el 12 de marzo presenté mi solicitud para una beca de máster de la Fundación Mujeres por África, una organización que impulsa el desarrollo del continente africano a través de sus mujeres.

El 16 de abril, recuerdo que estaba en mi oficina en casa trabajando en un plan para Café Scientifique-Woman —una iniciativa que fundé para desarrollar las habilidades de resolución de problemas en niñas y mujeres jóvenes a través de la educación STEM— cuando recibí un correo que me anunciaba que me habían concedido la beca. El mensaje comenzaba así:
«Nos complace informarle que se le ha concedido una beca para estudiar el Máster en Nanociencia (modalidad presencial) durante el curso académico 2023/2024.»
Iba a estudiar el programa de mis sueños, con los billetes de avión de ida y vuelta, seguro médico y una asignación mensual completamente cubiertos.

A partir de ahí, emprendí un viaje que transformaría mi vida. Como mujer africana joven apasionada por la educación STEM y el empoderamiento, esta oportunidad era mucho más que una formación académica: era una aventura, una inmersión cultural y una posibilidad de ampliar mi visión más allá de las fronteras.

Salí de Nigeria el 16 de octubre y mi primer punto de entrada en Europa fue Frankfurt (Alemania). Como tenía una escala larguísima, una amiga a la que no veía desde hacía más de 9 años viajó desde Berlín para enseñarme la ciudad. Exploramos el centro científico Experiminta, probamos distintos aperitivos y terminamos dándonos un festín con especialidades indias en Eat Doori.

Al día siguiente llegué a Donostia-San Sebastián, donde me invadieron emociones encontradas: emoción, nervios y la adrenalina de adentrarme en lo desconocido. Antes de solicitar la beca, nunca había oído hablar de Donostia-San Sebastián. Imagina mi sorpresa cuando vi la ciudad a plena luz del día…Me dejó sin palabras. Desde la playa de Ondarreta hasta la Bahía de La Concha y el casco antiguo lleno de pintxos, todo me parecía mágico. Adaptarme a un entorno nuevo, con un clima distinto y una cultura desconocida fue un reto al principio, pero que aprendí a abrazar por completo, sobre todo después de que mi esposo viniera a visitarme para prepararme para el invierno con ropa adecuada y buena comida (guiño).

Durante mis estudios tuve el privilegio de aprender de profesoras y profesores expertos sobre el impacto positivo de la nanotecnología en la ingeniería, la medicina, la agricultura, la conservación medioambiental y la resiliencia climática, con acceso a herramientas de análisis y caracterización de última generación en el Centro de Física de Materiales, el Donostia International Physics Centre y el CIC NanoGune.

Las clases comenzaron el lunes 23 de octubre de 2023 con una inmersión en el mundo de la mecánica cuántica, la caracterización atómica, molecular y a nanoescala. Hasta la fecha de mi último examen, el 5 de junio de 2024, completé 12 asignaturas repartidas en tres semestres. Algunas de ellas fueron: Fundamentos de mecánica cuántica, Sistemas de baja dimensionalidad, Técnicas experimentales I y II, Fundamentos de caracterización a nanoescala, Materia blanda y materiales nanoestructurados, Propiedades nanoestructurales, De la Nanociencia a la Nanotecnología, Métodos teóricos avanzados en nanociencia, Temas avanzados en nanociencia, y Dinámica de materiales complejos. También trabajé estrechamente con mis tutores y el equipo de postdocs en la parte experimental de mi tesis, que redacté y defendí entre julio y septiembre.

Más allá de lo académico, esta beca me abrió al mundo. Visité cinco ciudades y pueblos más en España: me maravillé con la arquitectura de Bilbao (País Vasco), recorrí las murallas históricas de Pamplona (Navarra), exploré el puerto pesquero de Vigo (Pontevedra, Galicia), descubrí los intrincados ferrocarriles de Irún (País Vasco) y los edificios tradicionales de Hernani (País Vasco). En los pequeños descansos entre clases también exploré la colorida Oporto (Portugal), los edificios rosados de Toulouse (Francia), la costa pedregosa de Niza (Francia), los paisajes montañosos de Mónaco, la gótica Milán (Italia), las bulliciosas calles de París, las exclusivas villas de Como y Bellagio (Italia), y los Alpes de St. Moritz y Lugano (Suiza). Cada destino fue un aula en sí mismo: me enseñó resiliencia, adaptabilidad y la belleza de las culturas y la gastronomía diversas.

Sostuve conversaciones profundas con personas de todo tipo y procedencia, lo que amplió mi visión del mundo de formas que nunca imaginé. Estas experiencias me transformaron en una persona más segura de sí misma, abierta de mente y con una mayor conciencia global.

Ahora que he terminado el máster en septiembre de 2024, he regresado a mi país con un renovado sentido de propósito. Estoy dedicándome a enseñar a niñas de comunidades vulnerables sobre el mismo programa que transformó mi vida. Quiero que vean que hay posibilidades más allá de sus circunstancias actuales, que sepan que ellas también pueden romper barreras y acceder a una educación capaz de impactar a su entorno y a sus comunidades. Por eso, a través del acompañamiento, el relato de experiencias y el intercambio de conocimientos en Café Scientifique-Woman, estoy dotando a estas niñas y mujeres de las herramientas que a mí me hubiera gustado tener antes de comenzar este viaje.

Esta beca no fue solo una oportunidad académica, fue una transformación. Cambió mi forma de pensar, me dio el poder de soñar más en grande y me empujó a seguir retribuyendo. Mi historia es una prueba del poder de las oportunidades, y espero que inspire a muchas otras chicas africanas a dar pasos valientes hacia su futuro.

A la Fundación Mujeres por África: gracias por creer en mí y hacerlo posible. Su inversión en mí está transformando vidas hoy.

Texto de Chioma Ibiam Aja

BSc (FUTO, Nigeria), MSc (UPV/EHU, Spain)

 

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